La vida me sigue mostrando, que es frágil y efímera como una pompa de jabón, o larga y duradera a pesar de pasar una guerra, penalidades, sufrimiento y hambre.
Pero larga o corta, produce mucho dolor.
Los mayores se van deteriorando, mostrándonos el camino que todos hemos de recorrer y aunque no piden no exigen nada, nunca les podré devolver tanto como ellos me dieron, ni podrán evitarme el dolor que supone el acompañarles en esta última etapa del camino.
Por eso, no estoy en lo que estoy, tampoco en lo que debiera o quisiera estar y así los días se pasan y a veces, los compromisos y algunos propósitos.
Este mes de Octubre que finaliza, fue el aniversario de muchos que no pude recoger y no fue por falta de memoria o interés. Sólo fue por falta de tiempo.
Y eso pasó con Amaía que falleció el 21 de octubre de 2003, junto con otras dos amigas, también en un mal llamado accidente de tráfico y que a estas alturas la justicia sigue sin cerrar porque, a pesar de lo que ha habido que luchar para tener un veredicto, el culpable, como en otros casos, se ha pedido un indulto para así seguir dilatando el hecho.
También fue el aniversario de Eduardo Asenjo Carrasco, el día 22.
A todos ellos, mis últimos recuerdos de este mes de octubre, prefacio del renovado dolor de sus familiares en los próximos días de los santos y difuntos.
…¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas,
torvo el mirar, nublado el pensamiento?
¡No os ocupéis de lo que al polvo vuelve!
Jamás el que descansa en el sepulcro
ha de tornar a amaros ni a ofenderos.
¡Jamás! ¿Es verdad que todo
para siempre acabó ya?
No, no puede acabar lo que es eterno,
ni puede tener fin la inmensidad….
(Rosalía de Castro)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado sábado, 31 de octubre de 2009 15:04 por