José Javier Colorado tenía 19 años y era soldado. Murió en Kosovo al volcar su vehículo blindado. Eso ocurrió el 24 de Abril de 2007.
Yo tuve conocimiento de este accidente en su momento, pero no fui capaz de escribir unas palabras por él. Estaba enfadada con los soldados porque un soldado era el culpable de la muerte de mi hija.
Era soldado quien nos robó lo más preciado que teníamos, en el momento que lo hizo. Salió del cuartel borracho. Todo el alcohol que llevaba se lo había tomado en la cantina del cuartel. Estaba muy enfadada con los militares por haber permitido que este individuo bebiese en el cuartel hasta ponerse morado y después le permitieran que tomara un coche y matara a mi hija.
Estaba muy enfadada. Un soldado que se suponía estaba para salvar vidas, no para quitarlas.
Hoy quiero hacer las paces con José Javier porque él era un buen soldado y no tenía la culpa de ese otro soldado que por suerte ya no lo es. Hoy quiero tener un recuerdo para José Javier en su segundo aniversario. Hoy quiero pedir perdón por no haberlo incluido en mi lista de víctimas. Hoy quiero decirle a unos padres, paisanos míos, además, que su dolor es el mío, porque antes ya fui yo.
Y un poema de otro paisano de José Javier.
…Podría ser tan eterno
el dolor como esta absurda esperanza
de que ya no existirá el dolor
esa presunción de que el ardor del frío
el cieno sobre el tiempo
el alma sin paz
encontrarán una estancia definitiva
más allá de su ausencia…
(Olvido. De Manuel Juliá)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado viernes, 24 de abril de 2009 21:05 por FZ_madredHelena