Se cumplen 2 meses de la desaparición de Marta del Castillo, y, en tan poco espacio de tiempo, hemos esperado, desesperado, conocido y desconocido, datos sobre su desaparición, su asesinato y la desaparición de su cuerpo. Pero, a pesar de tanta información, toda ella espantosa, aún no ha aparecido su cuerpo.
Hay algo peor para unos padres que la muerte de un hijo. No disponer de su cuerpo para asegurarse que está verdaderamente muerto. No disponer de un lugar donde saber que están sus restos o sus cenizas. Y, aún peor, ir conociendo, poco a poco, con alevosía por parte de los causantes de esta desaparición, de los detalles macabros, del sufrimiento y la forma en que un hijo ha perdido la vida. Mejor dicho, se la han quitado.
No puedo ni pensar, ni imaginar, por lo que estos padres están pasando.
Y, a pesar de tanta noticia y detalle, recogidos cada día por todo medio de comunicación, siguen sin saber con seguridad lo que paso y dónde está su hijita.
¿Os imagináis que cada día entrara en vuestra casa un vecino que os fuera relatando cómo han matado a uno de vuestros seres queridos?
Si fue difícil para mí creer que mi hija estaba muerta, a pesar de haberla visto, peor era cuando pensaba que hubiese podido sufrir, que hubiera sido consciente del golpe, que se hubiera dado cuenta de que se moría.
¡ Por Dios! Estos padres no se merecen tanto dolor.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Hoy, en El País un artículo que abunda en esta misma idea:
La prensa y el caso de Marta (José manuel Atencia)