Esta es la última agenda de Helena. Estaba en Holanda. La recogimos junto con el resto de sus cosas que estaban en su habitación.
En ella había anotaciones de acontecimientos que no llegó a vivir. Era tan previsora:
…cuando no hay ya lágrimas bastantes,
porque alguien, cruel como un día de sol en primavera,
con su sola presencia ha dividido en dos un cuerpo…
“La Realidad y el Deseo” Luis Cernuda.
Era Abril, faltaba un mes para tu cumple. Tres días para volver a tus estudios. El resto de mi vida para tenerte.
(Helena anotó otros cumples, pero no el de ella. ¿Por qué?)
Era en abril, y de la nieve al peso
aún se doblaron los morados lirios;
era en diciembre, y se agostó la hierba
al sol, como se agosta en el estío.
En verano o en invierno, no lo dudes,
adulto, anciano o niño,
y hierba y flor, son víctimas eternas
de las amargas burlas del destino.
Sucumbe el joven, y encorvado, enfermo,
sobrevive el anciano; muere el rico
que ama la vida, y el mendigo hambriento
que ama la muerte es como eterno vivo.
(Rosalía de Castro. En las orillas del Sar)
Y en tu 26 cumpleaños, no habrá velas, aunque sí un café con Laura, Sara, Nuria y Carlos. Sólo cuatro, de tantos amigos.
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
(Ángel González. Cumpleaños)
Para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho.
(El último cumple anotado en su agenda. ¡Ay, crisis de los 20!)
Y ya van cinco años: viviendo, muriendo.
¿Por qué no tenías anotado tu cumple? ¡Ay, Helena!. Mi Helena. Mi hija preferida: «mamá si no tienes otra, me decía ella»
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
(Este blog es en memoria de ella, Helena Castillo Zapata, que murió por el alcohol que otro tomó)