Helena era nuestro termómetro cinematográfico. Ella, iba al cine, veía una película, y nos la aconsejaba. Otras veces, venían con nosotros.
Quizás por eso ahora vamos al cine muy de tarde en tarde. El otro día nos llevaron unos amigos. De esos que están siempre pendiente de nosotros. Y vimos «El secreto de sus ojos», película del director Campanella, basada en la novela de Eduardo Sacheri de título «La pregunta de sus ojos».
Ahora que soy aprendiza de escritora, sé que contiene todos los elementos de una buena novela: intriga, drama, amor, traición y notas de humor. La película, lo mismo. Pero yo que ahora intento buscar consuelo en las palabras y los sentimientos de otro, o explicación a esta locura de dolor, me fijo en otros detalles y esta película tiene muchas frases y preguntas de una persona que pierde a un ser querido por la acción de otro.
Los interpretes son argentinos y esa forma de hablar es quizás también impactante, por ello, hubo algunas frases que me llegaron más que otras. En una de las escenas, la pregunta del personaje principal al hombre que perdió a su mujer, asesinada, es muy significativa. (Imaginad acento argentino):
– ¿Cómo le va?
– Estoy acá.
Esa es la respuesta. Estoy «acá». Aquí. Yo no me he ido. Aún. ¿Esperando?
Pero hay otras muchas: «¿Cómo se puede tener una vida vacía?» O «Yo no soy partidario de la pena de muerte, yo quiero que viva muchos años, en la cárcel». También «Lo que no cambia es la pasión». Todas ellas son frases de mi recuerdo, probablemente no son totalmente textuales.
Me gustó. Os la recomiendo
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.