Viendo el programa “Camera Café”, que quizás es de las pocas cosas que se pueden ver en televisión para olvidar las tensiones de dia y terminar el mismo con una sonrisa, pude ver una de las historias que se titulaba “el otro hijo”.
En ella, se pariodaba la actitud de un padre hacia un hijo, en este caso la clave de humor era mayor puesto que el que ejercía de padre y el que hacia de hijo, ambos, eran más o menos de la misma edad y compañeros de trabajo.
La actitud del que hacía de padre: Darle consejos y darle dinero. Necesidad de besarle y ocuparse de él. La actitud del que hacia de hijo: Pedirle o aceptar el dinero.
Todo esto queda muy bien en clave de humor, pero las relaciones de padres e hijos no es cosa de risa. Es algo muy serio.
No es nada fácil ser Padres, pero tampoco es nada fácil ser Hijo.
Supongo que yo habré hecho muchas cosas mal en mi relación con mi hija, Helena, pero quiero pensar que también habré hecho cosas buenas.
Hacer de Padres es algo difícil y desagradable la mayoría de las veces. Hay que reprimir, corregir, prohibir, discutir, etc. ¿A quién le puede gustar eso?. Pero eso es EDUCAR.
La parte bonita no se aprecia a simple vista y se reconoce sólo después de pasado el tiempo. Cuando te das cuenta de que tienes un buen hijo, una buena persona. De que has contribuido a formar una persona en todos los conceptos. Cuando tu hijo te da un beso.
Hacer de Hijo tampoco es buen papel, máxime cuando, como hijo, no te das cuenta hasta que pasa tiempo, quizás cuando ya no están tus padres.
Como Hijos también tiene su dificultad. Depender primero físicamente, después económicamente. Sus deseos de libertad, sus impulsos, su individualidad, constantemente se le van reprimiendo, frenando, prohibiendo. Su salvaje se lo van domesticando.
Padres e hijos vamos ejerciendo nuestro papel y con el paso del tiempo se van invirtiendo los papeles.
No nos damos cuenta que todos somos hijos y la mayoría de nosotros seremos padres. ¿Por qué entonces no estamos de acuerdo? Por que a cada uno le toca un determinado papel, durante un determinado tiempo.
Padre e Hijos normalmente, no lo hacen tan mal. Cada uno debe cumplir su papel, pero cumplirlo no sustituirlo.
Me culpo de las cosas que le prohibí, de las cosas que no le compre, de las broncas que eche a Helena, mi adorada hija, porque la vida me la arrebató demasiado pronto. Pero, me siento orgullosa, de que era: responsable, buena persona, alegre, feliz, preocupada por los demás… y joven. Creo que ella ejerció muy bien su papel y nosotros sus padres lo hicimos lo mejor que pudimos.
Sólo me pesa una cosa… no haberle dado más besos, porque ya, se me terminó el tiempo.
¡Por favor, Padres!, besad a vuestros hijos. No les deis sólo dinero. Un beso no tiene precio, no se puede cambiar por dinero.
¡Por favor, Hijos¡, ejerced vuestro papel, pero pensad que un día seréis Padres.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.