Ayer, en la portada del diario El País, se podía observar una fotografía (de la agencia EFE), del rescate de cuerpos de la última patera que llegó a Lanzarote, que yo no podía creer por más que miraba. El pie de foto decía «la tragedia de la inmigración se cobra otras 21 vidas, 16 menores».
Hoy, en la sección de Cartas al director, se publicaba una carta titulada «Hemos cruzado la raya», firmada por Juan Rojo González, a propósito de esta foto.
Os dejo aquí la foto y la carta de Juan Rojo, porque tiene mucha razón:
Hemos cruzado la raya
JUAN ROJO GONZÁLEZ – Colmenar Viejo, Madrid – 18/02/2009
En la foto veo a un hombre enfundado en traje de neopreno alzar el cuerpo exangüe de un niño desnutrido. La imagen golpea en el corazón, pero cada vez menos. Hemos cruzado la raya.
Cuando un soldado entra en batalla, a menudo, permanece aterrado durante los primeros enfrentamientos y los primeros muertos, hasta que cruza la raya. En ese momento, una funda psicológica le impide la empatía distintiva de la inteligencia. Le embrutece y le protege a la vez.
Así estamos que, sin una buena campaña de publicidad para conocer el nombre, el rostro y la familia de un menor, no nos conmueve más de unos segundos una muerte tan trágica.
Todos lloramos por Mari Luz; por ese niño nadie llorará, nunca sabremos su nombre ni veremos una foto de su carita sonriente. Mañana le habremos olvidado.
En este caso, no queda una madre sin hijos. Todos murieron en el intento.
Flor Zapata Ruiz, madre sin hijos.