Dicen que la memoria es caprichosa, que recuerda lo que quiere y olvida lo que no le interesa. Que transforma los recuerdos y que cada persona, determinado hecho lo recordará de forma diferente.
Y eso me pasa con cantidad de películas. De repente hay algo que me recuerda que la he visto o no recuerdo nada, a pesar de haberla visto.
Anoche me acosté impactada por una película que ya había visto pero que no lo recordaba casi hasta el final. Solo había una escena que se me había quedado en la memoria. Y entiendo que recordara esa escena porque me afecta el tema. En cambio no recordaba una frase, un consejo, que se me podía haber quedado al igual que la escena. ¿Por qué? ¿Otro capricho de la memoria?
Hoy, precisamente, en el programa “A vivir ”, entrevistaban al biólogo y neurocientífico Fabricio Ballarini, experto en temas de la memoria. Una entrevista muy interesante: «Somos lo que recordamos ser»
Así, se han unido mi noche de ayer con mi mañana de hoy.
La película es One Day de Lone Scherfig. La frase consejo de la película es “tendrás que vivir como si ella estuviera aquí. Es lo que llevo haciendo desde hace diez años”. Y una frase con la que empezaba la entrevista hoy era: ¿Se paga un precio por olvidar?
Sí. Claro que se paga un precio por olvidar. Y sí, tenemos memoria selectiva. Pero, a veces, muchas veces, no podemos olvidar aunque quisiéramos. Y también es cierto, como decía el biólogo, que con la pérdida de nuestras personas queridas, también perdemos parte de nuestra memoria. Se llama memoria transativa. Y se trata de depositar recuerdos en otras personas. Cuando los necesites, no hará falta que lo recuerdes, recurrirás a la persona que los tiene (abuela, madre, hijo, compañero).
Sí, yo no tendré esos recuerdos que guardabas tú. También los he perdido. Y cuando yo no viva, ¿Quién te recordará, mi querida hija?
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.