Es curioso como funciona el subconsciente hasta en los sueños.
Sé que somos muchas “madres sin hijos” las que deseamos, anhelamos, soñar, porque es la única forma de volver a ver a nuestros hijos, pero incluso recurriendo a este artificio, el sueño nos devuelve la cara más amarga: nuestros hijos no están.
Cuando hablaba con mi psicóloga sobre la posibilidad de soñar con mi hija, ella me decía que puede que soñara con ella o no, que podía soñar con ella, pero podía ser que no viera su rostro, estaría en el sueño pero no aparecería. Y así lo he podido comprobarlo más de una vez.
Pero además de esa posibilidad de soñar con ellos y no llegar a verlos, desde muy pronto comprobé que soñar con mi hija conllevaba también reconocer que ella ya no estaba en este mundo.
Así fue en uno de los primeros sueños, el que sirvió de base para mi cuento «Baño Nocturno». En ese cuento, yo notaba como a Helena le pasaba algo, y me decía que la tenía que llevar al médico. Algo no funcionaba bien. Y eso era el inicio para despertar y comprobar que lo que no funcionaba bien era que ella ya no estaba.
Hoy, nuevamente, he soñado con Helena, y otra vez el inconsciente me ha dicho que algo iba mal.
Aunque el sueño tenía más cosas, básicamente en un momento de situación peligrosa, decido llamar a Helena por teléfono para que ella se uniera a nosotros. Ella contesta al teléfono y enseguida me dice que le compre no sé que aplicación para el móvil, para poder bajarse no sé que cosa. Entonces yo le echo en cara que, para que le compre eso, sí, y para llamarme más a menudo, no esté. Insito en lo poco que nos llama. -¿Por qué no llamas, Helena? ¿Helena? ¿Helena…? La voz de Helena no se vuelve a oír, y en ese momento me despierto.
Y me despierto fatal, como os imaginaréis.
Estoy soñando con ella y yo misma estoy dándome cuenta de por qué no puede llamar.
Alguna madre diría que es porque en el cielo no hay teléfono.
Yo no sé si en el cielo, en el más allá, en el cementerio o en el país del rey león…, el caso es que yo no puedo hablar con mi hija, escuchar su voz, que me pida que le compre cosas, decirle que se vuelva para casa que las cosas se están poniendo muy feas…
Y así ya van ocho, casi nueve años. Y todo por un conductor borracho.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Soy también una madre muy adolorida que perdí a mi amada hija KARÍN LIZ hace un año seis meses y veintidos dias.Podemos entender este gran dolor solo las madres que perdimos a nuestros hijos,me agrada mucho este espacio para compartir nuestras vivencias,felicitaciones a las personas que tuvieron esta inciativa,tambien aprovechar esta ocación a pesar del gran dolor en que vivimos decirles a las madres seguir adelante y ¡¡¡¡¡FELIZ DIA DE LA MADRE¡¡¡¡ DEL PERÚ Y DEL MUNDO,MADRES GUERRERAS¡¡¡¡
A pesar del gran dolor en que estamos viviendo por la partida hacia la eternidad de nuestras hijas e hijos,ellas y ellos sólo se adelantaron para volvernos a reencotrar…
´SÓLO ME QUEDA DECIR¡¡¡¡FELIZ DIA DE LA MADRE¡¡¡ A PESAR DEL DOLOR…