Las Chanclas de Diego

Diego, nuestro duende, nuestro guardián, cumple 8 años. Ya es un hombrecito. Y junto al hada Helena, en el reino del rey León, siguen sus aventuras. En estas ocasión, han decidido impartir justicia divina.

Felicidades, Diego. Muchos besitos.

  

 

Las chanclas de Diego

(Aventuras del guardián del ventanal)

Cuentos del hada Helena

 

 

 

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

 

 

El Osito Diego estaba sentado encima de una roca, muy pensativo, apoyando su barbilla sobre su manita. El hada Helena se le acercó y le peguntó

 -¿Qué te pasa?

Diego, ni le había escuchado y contesta  con una pregunta- ¿Qué?

-¿Qué te pasa?

-¡Ah! Nada.

-¿Nada? No dice eso tu cara.

-Estoy triste porque hoy es mi cumple. Cumplo 8 años.

-¡Felicidades! ¡Qué bien! ¿Y por eso estás triste?

-Estoy triste por mi mamá. Estará pensando en mí y, además, está impaciente y preocupada por el resultado del juicio sobre mi muerte.

-Bueno, ya sabes que hoy es uno de esos días en los que puedes acercarte a ella y esparcir los polvos mágicos. ¿Qué haces que no has ido ya?

-Es que creo que no va a servir de nada.

¡Pero qué dices, el año pasado estabas impaciente por acercarte a ella!

-Sí, pero este año ha sufrido mucho, y lo que le quedará, por eso que los mayores llaman justicia.

-¿Justicia, qué justicia? ¿La justicia de la tierra? Esa no sirve para nada. Tienes que soplarle al oído que no espere esa justicia.

-¿Cómo le voy a decir eso? Ella necesita saber qué pasó.

-Pero eso nunca lo va a saber. No a través de los humanos. Hoy en día nadie se declara culpable, nadie admite su culpa, nadie dice lo siento. Nosotros tenemos la solución. ¡Haremos justicia!

-¡Ah!, ¿sí? ¿Qué haremos?

– Muy fácil, sígueme- Diciendo esto, el hada Helena se dirigió al gran ventanal, aquel del que Diego era el guardián.

-Ves allí- dijo señalando hacía la tierra. La imagen se fue acercando y cada vez se hizo más nítida.  Entonces, cuando la imagen se detuvo se distinguieron unas chanclas.

-¡Son mis chanclas!

-Sí, esas que todos vieron o nombraron pero nadie se tomó en serio. Pues, esas chanclas van a ser nuestra justicia.

 

-¿Cómo?

-Muy fácil. Todos aquellos que vieron tus chanclas, o te vieron a ti sin chanclas, a los que se olvidaron de ti, todos los que no han contado toda la verdad, todos ellos, cada vez que se vayan a poner unos zapatos, con nuestra magia, haremos que se pongan los zapatos al revés, y cuando comiencen a andar, se caerán.

-¿Qué? Jajaja- Diego comenzó a reír cogiéndose la barriga- jajaja, los zapatos al revés, jejeje, y se caerán, jijiji.

-Sí, sí, siempre que se pongan unos zapatos, al revés.

-¿Y no se los podrán cambiar?

-No, lo intentarán, pero otra vez los tendrán al revés.

-Jaja, ¡que risa! ¡Cómo me gusta! Jajaja.

-¿Verdad que es buena idea?

-Sí, pero, ¿cómo se enterará mi mamá? ¿Cómo sabrá ella que somos nosotros los que hemos hecho posible que se haga justicia? ¿Crees que ella pensará que eso es justicia?

-Estoy segura que ella lo único que espera es Justicia Divina, y nosotros somos lo más cercano a la justicia Divina. No te preocupes, ya me encargaré yo. Tú, ahora, lo que tiene que hacer es hacerla estornudar. ¡Vamos a trabajar!

 

 

 (El hada Helena según Laura, una niña de A Coruña)

Y diciendo esto, se alejó moviendo sus alas. Diego, buscó con la mirada su casa y enseguida encontró a su madre. Metió su mano en la bolsita que el hada Helena había dejado junto al ventanal, sacó un puñado de polvos mágicos, abrió la mano y sopló fuertemente.

 

 

La mamá de Diego comenzó a estornudar.

 -Mamá, mamita, soy yo, soy yo. Te quiero mucho, mucho, mucho…

La mamá de Diego estornudaba una y otra vez. Y seguidamente, una sensación de tranquilidad le invadió. Retiro la tarta que estaba cocinando en el horno, y volcó una lluvia de canela sobre ella diciendo- Mi querido Diego, esto es por tu cumple, ojala pudieras comerla.

 

 

 

Seguidamente se sentó a esperar que la tarta se enfriara y mientras comenzó a leer el periódico que estaba sobre la mesa. En la portada una noticia llamó su atención: “Suceso extraordinario. En  A Coruña, muchas personas son incapaces de ponerse los zapatos de forma correcta, terminando por el suelo cuando intentan andar. Se da la circunstancia que en su mayoría, son personas que trabajan en un mismo colegio. Las autoridades piensan que este extraño suceso responde a alguna extraña epidemia, pero no encuentran remedio. Estas personas terminan por el suelo constantemente, produciendo en los que les ven una gran risa”

 

 

 

La mamá de Diego, mira la foto que acompaña a la noticia y no puede contener la risa.

 

Mientras, sobre las cortinas de la ventana de la cocina, sin ella darse cuenta, una mariposa revolotea.

 

 

Queridos niños y papás, no está bien reírse de las personas que se caen porque, normalmente, las personas que se caen pueden producirse mucho daño, pero tampoco está bien mentir, y no ser buenas personas. Vosotros decid siempre la verdad, porque si no lo hacéis, el hada Helena puede hacer que vuestros zapatos estén siempre al revés.

 

Y colorín colorado, este cuento justiciero, se ha acabado.

 

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

10 de febrero de 2013

 

Diego se subió a un monte,
desde allí veía el mar y el horizonte.
Él siempre con buena visión,
desde un ventanal o un monte.
Y surcó los mares como un bucanero.
Como un pirata,
“el garrapata”
Con cara de malo.
Con pata de palo.
Imposible, porque él era bueno.
Inaceptable, porque era inmejorable.
Insoportable, no verle y acariciarle.
Inaguantable, su ausencia,
a pesar de verle surcar los mares,
en un barco de papel,
con las velas extendidas,
desafiando al viento,
con un ojo tapado,
y otro guiñado,
sonriente.
Y así, se convirtió en duende.
En guardián.
En capitán.
Y nos dejó su pato de palo,
como regalo.…
…para armar nuestras esperanzas
Flor Zapata Ruiz. “Diego el pirata

  

Notas de la autora:

 Cuento dedicado a Vanessa, la mamá de Diego Anido, en el octavo cumple de Diego, y en espera del resultado del juicio por la muerte de éste, en la piscina de su colegio.

 

Para comprender este cuento, si no conoces la historia de Diego, lee antes el cuento “El guardián del Ventanal” y “Los polvos mágicos en el día del cumple”. Cuentos del Hada Helena.

 

Chanclas: Tipo de calzado ligero. Es tanto calzado de interior como de exterior pues se la usa tanto para estar en casa como para ir a la playa o a la piscina. Diego las llevaba siempre en casa.

 

Justicia: Virtud que inclina a dar a cada uno lo que en equidad y recta razón le es debido.

 

Juicio: Acto en virtud del cual y después de madurado examen, el juez pronuncia con autoridad una sentencia.

 

Sentencia: Resolución de un juez o tribunal, que poniendo fin a un juicio, decide sobre el asunto que ha sido planteado.

 Pena: Castigo impuesto al que ha cometido un delito o falta.

Justicia Divina: La que los mortales, decepcionados por la terrenal, piensan que será aplicada.

 Mentir: Dar por cierto, deliberadamente, lo que se tiene por falso.

 Caerse: Dar un mal paso. Casi siempre, produce risa en las personas que ven la  caída de un adulto.

 Ponerse en sus zapatos: Lo que deberían hacer aquellos que no han sufrido la pérdida de un hijo.

 Cuento de la serie “Los cuentos del Hada Helena”. Autora Flor Zapata Ruiz, madre de Helena. Registrados en el registro de la propiedad.

 Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por un conductor borracho.

Share this:
Share this page via Email Share this page via Stumble Upon Share this page via Digg this Share this page via Facebook Share this page via Twitter

Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
Esta entrada ha sido publicada en Conmemoración, Cuentos, Muertes por omisión y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

6 respuestas a Las Chanclas de Diego

  1. Vane, mami de Diego dijo:

    Es genial Flor, me encanta todo lo que escribes, lo guardaré como mi gran tesoro, al igual que los otros dos. Mil besos

  2. Julia dijo:

    No he podido contener la risa al final Flor, me ha encantado. Me has dejado una sonrisa de oreja a oreja, ojala se cumpliera, y que sin hacerse ningún daño físico fueran incapaces de dar un paso.

  3. Carmen dijo:

    Me encanta Flor, ojala fuera a si y yo estuviera equivocada. Para mi ya sabes, justicia , ni divina, ni mucho menos terrenal

    • Carmen dijo:

      Flor, acabo de leerlo, precioso, y a Vane le va a encantar…y por supuesto las chanclas de Diego con su justicia Divina…precioso relato…Gracias por compartirlo…con todos nosotros.
      Un abrazo.
      Carmen-madre de Ruben

  4. Manoli madre de EDU dijo:

    me encanta claro como todo lo que haces un beso

  5. Precioso… al menos has sabido esbozar una mueca de sorisa en mi rostro.
    Besos y un montón de abrazos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *