Desde que era jovencita, siempre estudié por las mañanas, antes de que el sol se despertara y el día con sus ruidos y su vida comenzara a brotar.
Mi madre era la encargada de llamarme y enfadarse conmigo, porque, a pesar de esta costumbre, nunca llevé bien lo de madrugar y el reloj sonaba, mi madre llamaba y yo no encendía la luz y comenzaba a estudiar.
Mi madre insistía e insistía y al final se enfadaba, «si no piensas levantarte a estudiar, porque nos despiertas a todos y sigues en la cama». Después, con el paso de los años y ya casada, no me quedaba otra que seguir madrugando para estudiar, era el único momento, después el trabajo. Por la tarde / noche la universidad y cuando llegaba a casa ¿qué más podía hacer?
Cuando Helena comenzó a estudiar en los cursos más avanzados, tomó la misma costumbre, pero a ella apenas había que llamarla. No era necesario, ella se ponía su reloj, su móvil…
Ahora, cuando me desvelo y decido salir de la cama que no me reclama, espero abrir la puerta de su habitación y encontrarla allí estudiando y admirarme que no necesitara de mi ayuda para levantarse. Pero, no está. Después voy al salón, miro por el ventanal y descubro luz en otras habitaciones de las casas de la urbanización y me digo «Ahí están otras Helenas, estudiando, es época de exámenes.
Ahora no estudio cuando me levanto pronto, no podría, la tristeza me tiene agarrada, atrapada, atada, pero es el momento en que necesito escribir, llorar, expresar mis sentimientos.
Aprovecho para leer los periódicos, comprobar que el infierno que declara la iglesia que existe, no está en la otra vida, ni en otro lugar, sino que está aquí, entre nosotros, en el día a día, en la vida que nos toca vivir, mejor dicho en la que otros nos obligan a vivir, porque la mayoría de las veces, son otros los que nos cambian la vida.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
(Dedicado a los que hoy son noticia en los periodicos porque han perdido la vida y a los que les cambiará la vida por ésta pérdida)
Bueno Flor ahora estamos en epoca de examenes, aunque nuestros hijos ya habrian terminado sus carreras y con suerte estarian trabajando de lo que les gustaria, tal vez tubieran pareja o tal vez fueran padres, nunca lo sabremos…a Juan Jose nunca tube que llamarle para estudiar, el se organizaba y cuando era más pequeño igualmente con los deberes, cuando venia del cole a merendar, los deberes y luego a jugar o a ver la tele, nunca tuve que preocuparme siempre fue muy responsable con sus estudios y cuando se hizo mayor y tubo que salir fuera todavia se preocupaba más queria sacar todo a la primera y de hecho en el modulo superior saco de nota media un 9, luego quiso hacer la carrera de educación especial para estar más preparado y a la vez trabajar en el centro donde habia hecho las practicas, siempre preocupado por el dinero que constaba el que el estudiara fuera de casa, ahora yo estoy en su habitación ,en su ordenador…maldito destino que trunco sus vidas, tenian tanto que dar, que vivir…recuerdo a veces yo me levantaba para ir a trabajar y el tenia la luz de su habitación porque estaba estudiando, yo no entraba por no molestarle y entonces el me llamaba «mama deseame suerte para el examen»y asi se quedaba más tranquilo y cuando ya estaba en Zaragoza entonces le deseaba suerte por telefono y le decia» Juan Jose cariño te va ha salir bien ya veras» y eso le daba seguridad. Como hecho de menos su voz, su risa, sus besos….ya nunca habra felicidad en mi vida eso es imposible. besikos