Hoy es el cumple sin velas de mi madre.
Nació un uno de mayo, y su amiga María Engracia, le decía que esa era la explicación de porqué era tan trabajadora. Y a ella eso le gustó.
Pero la explicación no era tan sencilla, estaba cargada de historia.
Nacida pobre, de padre minero, niña de la guerra, adolescente de la postguerra, tercera de cinco hermanos, la vida le enseñó a trabajar para tener algo y para ayudar a los suyos.
Los tiempos le enseñaron a vivir con poco, a aprovecharlo todo, a luchar por lo que se quiere, a defender a los suyos, a ser generosa con los demás, servicial y cariñosa.
Alegre en los momentos felices, pesimista en los malos, pero siempre, siempre, trabajadora incansable.
La única mujer que he conocido que en un mismo día era capaz de lavar, secar, y planchar la ropa, aún en pleno invierno, todo ello aderezado con las demás tareas de la casa: limpieza, comida, sin olvidar del cuidado de las flores.
Felicidades, mamá. Yo sé dónde estas. Tengo la certeza. Porque te tuve en mis manos. Porque sé que el viento te llevó muy lejos. A donde tú quisiste.
Mi amada mamá…
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena. Hija de María.
Precioso relato y muy real, la describes tal como era . Un beso .
Felicidades querida tía.
Es una hermosa mujer… Al leerte, he sentido más cerca aún a mis padres de vidas tan similares a la suya… Creo que mi mamita Rosa Ester ya la conoce y conversan de nosotras, mientras regalonean a su nieta Helena y a su nieto Mijáil… Un abracito azul con nuestros cuatro amores celestiales, amiga hermana querida…