Estamos en época de tormentas, los días se van acortando, y el verano toca a su fin. Y con todo ello, nuestro espíritu va entrando en época depresiva y nostálgica.
La nueva estación que seguirá al jubiloso verano también lo propiciará, y la depresión post vacacional se unirá a la depresión otoñal, a la disminución de luz, al tiempo de concentración y la nostalgia de todo aquello que nos falta.
Después de ocho años, creo que he pasado por todas las etapas del duelo, por todos los estados anímicos, y relacionados con las estaciones del año, unas me hacen más daño que otras, porque hay meses que te abofetean como un insulto. Esas son las épocas en las que todo el mundo es feliz, mientras tú sigues rumiando tu pena y tu dolor.
Así pasa especialmente con el verano y con las fechas de Navidades.Ya he pasado por la negación, la rabia, la reivindicación, la lucha, la pena, y ahora, más que nunca, estoy en una etapa nostálgica. Y supongo que esta etapa durará mucho, toda la vida, porque siempre voy a tener nostalgia de ti, por tu falta, por tu ausencia.
Querida hija, que difícil es vivir sin ti. Que duro cambiar de día, semana, mes, estación. Porque cada día que pasa te necesito más. Te añoro, te quiero, te pienso, te creo y recreo en mi mente y en unas pobres palabras en la pantalla de un ordenador.
Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración…
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
bESOS GORDOS, Flor