Nuño se quedó, hace un año, en uno de los puntos negros de la M-607.
En el mismo lugar que Jua. En el mismo sentido. Originando el mismo dolor.
Su madre me envío este bonito escrito sobre la última vez que estuvo con su hijo. «Doce lunas»:
Esta noche se cumplen doce lunas desde que mi hijo estuvo con nosotros por última vez estuvo cerca respiraba y hablaba con sus compañeros de trabajo, porque esa noche estaba trabajando. Mi hijo también esa noche le ofreció una sonrisa a alguien porque siempre lo hacía y porque mi hijo también era una persona feliz con la mujer que amaba.
Esta noche hace doce lunas había un futuro maravilloso para ellos dos y todos los que los amamos, había ilusión esfuerzo, tesón…
Hijo, te doy ahora las gracias por todo lo que me has enseñado, por todo lo que has puesto en mi vida desde que viniste al mundo.
Hace casi doce lunas que vi salir humo blanco por la chimenea del tanatorio.
Hace ya doce lunas desde que hoy día de Viernes Santo tu cuerpo se quedó frío y sólo, y nosotros nos quedamos perdidos, aquí, sin saber como seguir, sin saber que hacer, con la sola obsesión de recuperar tu sonrisa, cada uno de tus gestos, tu forma de andar, tu olor, dándonos un vuelco el corazón cuando alguien en la calle se parece algo a ti.
Hijo, no puede haber una desesperanza mayor, no quiero que el tiempo la atenúe, sólo quiero que sigas vivo en mí siempre y que esta herida no se cure, no quiero que se difumine en mi memoria ni un solo rasgo tuyo, no quiero perderte.
Mi niño, lo que quedó de tí se nos acabó hace hoy hace doce lunas para siempre en un humo blanco por la chimenea del tanatorio de Colmenar Viejo.
P.D. Mi hijo Nuño murió el día 10 de Abril de 2009 en el km. 28,700 de la N 607
El Primer año. El primer aniversario. De todo, la primera vez. Un dolor desconocido, primero en la lista de muchos años.
Un fuerte abrazo, Ascensión.
Tú te fuiste por siempre; mas mi alma
te espera aún con amorosa afán,
y vendrás o iré yo, bien de mi vida,
allí donde nos hemos de encontrar.
Algo ha quedado tuyo en mis entrañas
………….que no morirá jamás, …
«Era apacible el día». (Rosalia de Castro)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.