Para que no me olvides

Cuando vuelvo a casa con el ánimo decaído y cansada anímicamente por tener que luchar con la vida que me queda, esa vida que, creo, ya no me depara nada agradable, me tiro en el sofá y veo alguna  película. Películas que me traen, siempre, muchos mensajes. Este fin de semana ha habido dos que me han gustado especialmente.

“Para que no me olvides”, cuya reseña en el periódico decía, “…la necesidad de mantener viva la memoria para que los ausentes permanezcan”. Y me ha traído muchos recuerdos del momento increíble en que te dan la noticia de la pérdida. Cuando te enfrentas a una nueva vida, cuando se te rompe tu mundo  y no sabes cómo volverlo a recomponer y las diferentes formas de afrontar una pérdida.

Y si esta película, era la película de nuestras vidas una vez rotas las de nuestros hijos, “Los chicos de mi vida”, que no tengo ni idea porque se llama así en español y en inglés  “Riding in cars with boys”, adaptación del libro autobiográfico de la escritora Beverly Donofrio,  era la otra película, tierna y emotiva que te presenta los otros problemas que te da la vida con los hijos.

 

Padres-hijos-padres, el ciclo de la vida. Esa relación tan invertida que yo mismo padezco en este momento. Ese ciclo que cuando se  trastorna, se trastoca, hace más cuesta arriba la vida.

Y siempre el mismo mensaje: el amor más grande del mundo, el que existe entre padres e hijos.

Y para terminar, una canción. Una canción que había escuchado miles de veces pero que al estar en inglés nunca había reparado en su letra:

Cuando quiero tenerte en mis brazos/ Cuando te quiero y deseo tus encantos
Siempre que quiero tenerte, todo lo que tengo que hacer es/Soñar, soñar, soñar, soñar.

 

Que melancolía produce esta pena mía.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

“All I have to do is dream”

 

Soñar, soñar, soñar, soñar.
Soñar, soñar, soñar, soñar.

Cuando quiero tenerte en mis brazos
Cuando te quiero y deseo tus encantos
Siempre que quiero tenerte, todo lo que tengo que hacer es
Soñar, soñar, soñar, soñar.

Cuando me siento triste en la noche
Y necesito que me abraces fuerte
Siempre que quiero tenerte, todo lo que tengo que hacer es
Soñar.

Puedo hacerte mía, probar tus labios con sabor a vino
Cuando sea, noche y día
El único problema es, que se me va la vida soñando
Te necesito tanto que podría morir
Te amo tanto y es por eso que
Siempre que quiero tenerte, todo lo que tengo que hacer es
Soñar, soñar, soñar, soñar.
Soñar.

Puedo hacerte mía, probar tus labios con sabor a vino
Cuando sea, noche y día
El único problema es, que se me va la vida soñando
Te necesito tanto que podría morir
Te amo tanto y es por eso que
Siempre que quiero tenerte, todo lo que tengo que hacer es
Soñar, soñar, soñar, soñar.
Soñar, soñar, soñar, soñar.

The Everly Brothers

Publicado domingo, 14 de febrero de 2010 23:51 por FZ madredHelena

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Tres años sin Nidelvia

Nidelvia también se marcho un día como hoy, San Valentín, hace tres años.

Ella había tenido unos meses antes un accidente de tráfico, un camión con exceso de velocidad chocó en la parte trasera de su coche, pero Nidelvia salió de este accidente. Meses después, moría de una arteria que se le reventó. No se sabe si el accidente tuvo algo que ver.

Tenía 24 años.

Hoy, mi recuerdo especial es para ella y para su mamá, Socorro.

Antes te llamaba.

Ahora te nombro  (Belén Núñez. «Este lugar del sueño». Joven poeta sevillana)

Publicado domingo, 14 de febrero de 2010 10:11 por FZ madredHelena.
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Las madres de Juárez

En dos años, en Juárez se han cometido 4.500 asesinatos.

Desde hace años, las mujeres de Juárez han sido las principales víctimas de esta ciudad, la mayoría de las veces, desaparecidas, secuestradas, torturadas, violadas y en muchos casos, ni siquiera aparecen sus cuerpos. Estas desapariciones están documentadas desde 1993 pero parece que fueran ignoradas. Quizás porque son mujeres.

Hace poco fueron 15 jóvenes los que perdieron la vida. Y nuevamente han sido las madres las que han levantado la voz.

Ante la visita del presidente Felipe Calderón a la ciudad de Juárez, las madres le han recriminado el abandono de Juárez ante la criminalidad.

Ojalá que las palabras del presidente se cumplan. Ojalá que a partir de ahora, las madres de tantas mujeres desaparecidas sean tenidas en cuenta. Ojalá que se termine con tanta muerte y sufrimiento.

En el punto  26:30 (más o menos) del telediario de ayer día 12, se puede ver y escuchar a una madre no dando la bienvenida al presidente y pidiendo un cambio en la ciudad de Juárez.

 http://www.rtve.es/alacarta/#692273

Me quedo con la frase de esta madre:

“Juárez está de luto”. Y yo añadiría, desde hace muchos años.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Publicado sábado, 13 de febrero de 2010 8:40 por FZ madredHelena
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El cumple de Diego

Hoy es el cumple de Diego, un duende muy especial.

Como ya no está entre nosotros quería hacerle un regalo. Quiero contarle un cuento.

«El guardián del ventanal» Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Diego era un osito pequeño, suave, peludo, al que le encantaba ir al colegio.

Cada día, su mamá le aseaba y peinaba cuidadosamente, y partía desde su casita en el bosque hasta el colegio que se encontraba más allá del rio. Y todas las mañana su mamá le advertía sobre los peligros de cruzar el río. Él sabía que sólo se podía cruzar por un punto en concreto del mismo, aquel en el que se encontraba “la guardiana del río”.

Ésta se encargaba de cuidar este paso y subir las piedras del fondo del río para que los pequeños animalitos que se dirigían al colegio cruzaran sin ningún contratiempo.

Una mañana, Diego llegó al punto de cruce y, tal como todos los días, posó su patita sobre la primera piedra que se encontraba en la orilla. Después, por arte de magia, surgían el resto de las piedras y contento y saltarín cruzaba el río. Pero esa mañana algo falló.

Sus patitas se sumergieron en el agua y debajo no había nada que las soportara. La corriente del río era fuerte y sin apenas darse cuenta, el agua comenzó a alejarle de la orilla.

A veces se sumergía para después volver a salir. Trataba de agarrarse a algo para detener su loca carrera pero qué iba a encontrar. Trató de acercarse a la orilla, allí le sería más fácil encontrar una rama donde sujetarse, pero la corriente le estaba llevando a la otra orilla y él sabía que nunca debía pasar a la otra orilla si no era por el punto de “la guardiana del río”.

Intentaba volver hacia la otra orilla pero sus esfuerzos eran imposibles. Una de esas veces que se sumergió tragó agua y cuando se encontraba bastante agobiado, de repente, sintió como un pellizco en su lomo y se encontró volando por el aire.

Una mariposa gigante, con unas alas de bellos colores, le llevaba colgado y se dirigía a la otra orilla. Una vez en ella, le deposito con mucho cuidado. Diego, sacudiendo el agua acumulada en su pelo con un fuerte movimiento, miró a la mariposa que se había posado sobre una roca y le preguntó:

-Hola. Gracias. ¿Quién eres?

-Soy tu hada.

-¡Ah!

-Lo siento pero no he podido hacer gran cosa, ya estabas casi en la otra orilla. ¿Sabías que sólo se puede cruzar por donde está la guardiana del rio?

-Sí, claro. Mamá siempre me lo dijo, pero no vi a la guardiana y las piedras no salieron del agua.

-Ya. Pero ahora ya no puedes regresar.

-¿Qué? Yo quiero ir con mi mamá- El osito estaba a punto de echarse a llorar.

-Tranquilo, tranquilo. Te llevaré ante el rey Melenao, seguro que él tendrá alguna solución.

-Diego, el osito y Helena, el hada, se dirigieron hacia una escalera muy larga cuyo final se escondía entre las nubes. Después de ascender por sus interminables escalones, llegaron hasta el rey Melenao, que era un león.

-El hada hizo las presentaciones y explicó lo sucedido. El rey león, escuchó muy atento, mesando su larga cabellera. Después de un rato en silencio, por fin hablo.

-Sabéis que una vez cruzado a la otra orilla no hay posibilidad de volver pero en este caso reconozco que la intención de Diego no fue saltarse las normas. Sé que es un osito pequeño que necesita aún los cuidados de su mamá pero no podemos hacer excepciones. Pero creo que podemos buscar una solución- dijo, intentando consolar al pequeño osito.

-Tú, hada Helena, serás desde hoy la encargada de cuidar a Diego y de que no le falte nada. Y a ti, Diego, tendremos que seguir formándote, para que el día de mañana seas un oso de provecho.

Dado que tú no has tenido culpa ninguna, te pondremos en un lugar privilegiado y te iremos enseñando para que llegue a ser un” buen guardián”, no como la guardiana del rio.

Con un gesto el rey  invitó a Diego a seguirle y tras pasar una pequeña nube se encontraron frente a un inmenso ventanal desde donde se distinguía, a sus pies, el bosque y la casita de Diego.

Melenao puso su garra sobre el cristal del ventanal y de repente lo que se divisaba comenzó a acercarse hasta verse todo con mayor nitidez. Ahora la casita se veía cada vez más grande, después se abrían las puertas y Diego comenzó a ver a su mami haciendo la comida.

-Mami, mami- comenzó a gritar.

-No te puede oír. Aún no, dijo el rey.

El rey volvió a posar su pata en el cristal y entonces como si fuera una película, la imagen cambió y entró en el colegio donde estaba su hermano sentado en un pupitre.

-David, David- gritaba Diego.

-Aún no puede oírte, Diego.

Nuevamente la pata del león se posó en el cristal y la imagen de un hombre comenzó a acercarse.

-Papá, papá, gritaba Diego

-No te esfuerces, no puede escucharte- repitió el león.

-Aún no pueden escucharte ninguno de ellos pero, con el tiempo, ellos te hablarán, tú les escucharás y podrás hablar con ellos, pero aún tiene que pasar un tiempo. Pero tengo un regalo para ti por haber sido un osito bueno. Algo que nunca habrías podido hacer desde la otra orilla.

Volviéndose hacia Diego, puso su pata sobre la tierna cabecita del osito y con amor le dijo:

-Desde hoy, podrás verlos cada día y tendrás una gran oportunidad- Diego frunció el ceño no entendiendo. Sí, les verás a ellos y los peligros que puedan correr, y tú podrás actuar como “ángel guardián”. Tú evitarás que corran ningún riesgo ¿Te parece?

¿Yo?- Diego no entendía nada.

-Ahora eres pequeño y no puedes entenderlo pero pronto lo comprenderás.

Melenao se volvió ahora hacia la mariposa y con voz segura, de jefe, le indico- ya puedes encargarte de Diego. Sécale, dale de comer, péinale ese pelo y cada día tráele hasta el ventanal para que aprenda y ejerza su función.

-Muy bien, magestad, le pondré gomina y le peinaré como lo hacía su madre.

Y diciendo esto, suavemente, el hada Helena empujaba tiernamente con sus alas al osito Diego.

Diego no faltó ni un solo día a su cita con el ventanal y aprendió muy bien su oficio de guardián. Buen oficio, muy interesante y, sobre todo, sin posibilidad de no tener trabajo. Al revés.

Y cada día, él se encargaba de que ningún otro osito cruzara la orilla.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

10.02.2010

Un beso, Diego. Un abrazo, Vanessa.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena

Publicado miércoles, 10 de febrero de 2010 9:45 por

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Un año sin Miriam

Siempre he pensado y sabido que sin la ayuda de la madre de Dani Martín, de El Canto del Loco, éste no habría recibido mi carta y yo no habría recibido su llamada.

Lo que jamás pensé es que un día, hace un año, esa madre también sabría y conocería el dolor de perder a un hijo.

En su momento yo escribí una carta que trataba de ser de consuelo, de solidaridad, de apoyo, pero después pensé que quién era yo para entrar en el dolor de esa madre. La guardé en un cajón durante mucho tiempo. Hoy, pasado un año, ya no recuerdo si la llegué a enviar más tarde.

Hoy mi recuerdo es para Miriam y especialmente, para su madre.

Tú fuiste mi cómplice para llegar hasta tu hijo, hoy quiero ser yo tu consuelo, permítemelo.

Y en recuerdo de Miriam una canción de tu hijo: “Te recuerdo”

Su  letra pareciera estar escrita para ella. O  para Helena.  Para las hijas que ya no tenemos.

Un fuerte abrazo, de los que damos las madres que perdemos a nuestros hijos.

Hoy no paro de pensarlo
y no sé ahora muy bien que hago aquí
Te has marchado y has dejado
otro hueco dentro de mí
Te recuerdo porque fuiste y has sido
la chispa que me ha hecho vivir
A tu lado me sentía protegido
y dentro de ti
Ahora ya no existe risa
ya no hay nada que me haga reír
y me acuerdo del cariño y todos los besos
que a veces no di.

Desde entonces no veo
otra cosa en mi ser
y ahora ya te has marchado
no te volveré a ver
ya no estaremos solos
ya no veo tus ojos

Ando solo y voy pensando
en las cosas que había por hacer
en los gestos que eran nuestros
que ahora sólo no puedo tener
y me acuerdo del cariño y todos
los besos que a veces no di.

(El Canto del Loco)

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Publicado lunes, 08 de febrero de 2010 22:52 por FZ madredHelena.

 

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Día mundial contra la mutilación genital

Hoy, 6 de Febrero, es el día mundial contra la mutilación genital femenina.

Dicha mutilación supone en las mujeres, además de un atentado contra sus derechos, problemas de salud importantes: urológicos, psicológicos, sexuales, partos y, a veces, hasta la muerte.

Un recuerdo especial para las mujeres que sufren este problema y para las que luchan por la eliminación de dicha práctica.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

 Publicado sábado, 06 de febrero de 2010 8:11 por FZ madredHelena.

watch?feature=player_embedded&v=jOBiHp3Qnlw

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Otra madre que lucha

Os invito a conocer a otra madre que lucha por la disminución de las muertes en la carretera.

El País, en su artículo, la ha definido como «Madre coraje del asfalto». Fue una de las primeras madres con las que contacté cuando perdí a mi hija, ella me llevaba unos años por delante en la pérdida de un hijo en la carretera y también en la lucha porque otras madres no los pierdan.

Junto con otras madres, a través de la asociación Stop Accidentes,  han conseguido que los muertos en las carreteras no sean unas muertes necesarias por los tiempos que corren y que políticos y la sociedad se impliquen en tratar de disminuir esta sangría.

Las que llegamos después les debemos que ellas comenzaran esta lucha.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por un conductor ebrio.

Publicado sábado, 06 de febrero de 2010 7:45 por FZ madredHelena.
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Los aniversarios desconocidos

Revisando mi archivo de noticias de accidentes me he encontrado con el aniversario de un joven de 20 años que murió el 5 de febrero del año pasado en Hoyo de Manzanares, en el kilómetro 9 de la M-608.

La noticia, como casi siempre, no dice nombre, no pone ni tan siquiera iniciales, sólo sus seres queridos sabrán quién es, pero me llama la atención lo que escribí en la noticia en ese día:

Sólo 20 años. Parece un número clave. El límite para vivir, la edad para morir.

Este número me quema cada vez que lo leo. Mi hija también tenía 20 años.

Vuestro dolor es también el mío. Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Hoy, revisando nuevamente esa noticia, me he encontrado otros muchos comentarios y he conocido que su nombre era Efrén, que era de Xunqueira de Ambia (Orense), que su mamá se llama Elisa, su hermana Nerea, su tía Amparo, su tío Juan, su primo Diego, sus abuelos…

¡Qué cosas! ¿Por qué me he acordado de este joven?, porque tenía 20 años como Helena.

Un recuerdo especial para esta familia que no conozco, a los que probablemente nunca les llegará mi recordatorio, en este aniversario.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Publicado jueves, 04 de febrero de 2010 19:45 por FZ madredHelena
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Un año sin José Miguel

Antes siempre decía que las madres que se quedan sin sus hijos por una enfermedad, tienen la suerte de despedirse de ellos, de prepararse para la pérdida, de hacer todo lo posible e imposible por ellos. En cambio, los que nos quedamos sin ellos de la noche a la mañana…

¡Qué tontería! ¡Qué madre va a admitir que su hijo se va a morir! ¡Qué madre va a estar preparada para decir adiós a su hijo!

Ahora que conozco a muchas madres que han perdido a sus hijos por enfermedad, sé que el dolor es el mismo.

Como Luisa, que perdió a su hijo José Miguel por un tumor cerebral, hace un año.

Querida Luisa, mucha fuerza. El primer año de todo (aniversario, cumpleaños, navidades, etc.) es el peor.

Era apacible el día
Y templado el ambiente,
Y llovía, llovía
Callada y mansamente;
Y mientras silenciosa
Lloraba y yo gemía,
Mi niño, tierna rosa
Durmiendo se moría.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía!…(Rosalía de Castro)

(José Miguel unos meses antes de su operación. Tenía 29 años.)

Un fuerte abrazo.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Publicado miércoles, 03 de febrero de 2010 20:49 por FZ madredHelena

 

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Tres años sin Sandra, Roberto y Eugenio

Se cumplen tres años de la pérdida de Sandra, Roberto y Eugenio.

Demasiada juventud…perdida. Demasiados sueños… rotos. Demasiado dolor…todavía.

Violeta, Mary Carmen ¡Cómo os siento!

Hay mucho que recordar de la mañana.

El plomo de un cielo terminado y besos

Llegan tardes de domingo

Y yo espero pensarte pronto.

Y así, todos los días.

(Belén Nuñez. “Este lugar del sueño”)

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Publicado martes, 02 de febrero de 2010 23:35 por
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