Pena
La pena tiene letra y música y millones de caras.
Caras con una especie de mueca, entre la risa y el lloro y ojos muy tristes. Tristes de llorar o de no tener más lágrimas. La pena es negra, muy negra. La pena tiene letra y música.
Helena en Chillón, con los gatos de su tía Antonia
Ay pena, penita, pena
Sí en el firmamento poder yo tuviera,/ esta noche negra lo mismo que un pozo/ con un cuchillito de luna lunera/ cortaba los hierros de tu calabozo.
Si yo fuera reina de la luz del día/ del viento y del mar/ Cordeles de esclavas yo me ceñiría/ por tu libertad.
Ay pena penita, pena, pena./ Pena de mi corazón/ Que me corre por las venas, pena,/ con la fuerza de un cliclón.
Es lo mismo que un nublao/ de tiniebla y pedernal./ Es un potro desbocao/ que no sabe a dónde va.
Es un desierto de arena, pena,/ es mi gloria de un pená,/ ay pená, ay pená,/ ay pena penita pena.
Yo no quiero flores, dinero ni palmas./ Quiero que me dejen llorar mis pesares./ Y estar a tu vera, cariño del alma, / bebiendome el llanto de tus soleares.
Me duelen los ojos de mirar sin verte/ reniego de mí./ Que tienes la culpa de tu mala suerte, / mi rosa de abril.
Ay pena penita, pena, pena./ Pena de mi corazón./ Que me corre por las venas, pena,/ con la fuerza de un ciclón…
Quintero-León y Quiroga