Una vez más, la dedicatoria de este blog, se cumple. Y me refiero a esa parte que dice “por la culpa de todos”, y también me refiero, a la tragedia aérea de los Alpes.
Para mí no hay un solo culpable. No está solo ese suicida asesino que provocó el estrellamiento, sino muchos.
El que mató a mi hija, un cabo del ejército de tierra, en aquél momento, estuvo en la cantina del campamento bebiendo toda la mañana. Y yo siempre me he preguntado ¿Es que nadie le vio estar bebiendo todo el día y después coger el coche?
Pues en el caso del piloto alemán sucede algo parecido. ¿Cuántos sabían que tenía problemas psicológicos y pilotaba un avión?
¿Por qué los médicos psiquiatras que le trataban no habían puesto en guardia a la empresa?
¿Por qué en Estados Unidos no pasó las pruebas y en Europa consiguió ser piloto?
Me imagino que estas mismas peguntas se las hacen los familiares de las 149 víctimas que han muerto.
Estamos asumiendo que ha sido el resultado de una mente enajenada y sobre eso no hay nada que hacer, como asumimos que los siniestros de coche son accidentes y nada se puede hacer, pero eso no es cierto, la mayoría de las cosas se pueden prevenir y estas también.
Muchas familias conocen que sus familiares conducen con alcohol o con drogas, y no hacen nada por impedirlo, y temen que algún día produzcan un siniestro, pero cruzan los dedos, solo eso.
No me puedo creer que nadie se hubiera dado cuenta de que este piloto no estaba bien, de que engañara a todos. Yo creo que más de uno cruzó los dedos.
DEMASIADO TARDE
Hoy he comprendido
que todos los rostros están ya acabados
y que los labios que desnudé con mi aliento
estaban ya escritos en mi respiración
en mis propias palabras
como estaban impresos tus ojos
en el incendio de mi vacío
y todas las manos en las huellas de una plaza derruida
y como estaba tu propia existencia
detenida en las cenizas
de todos los instantes que ya no recuerdo
y el olor a aroma quemado de la noche
es lo único que queda
por ese beso casi a oscuras que se volvió luminoso
el único olor que me da señales ocultas
de lo que ya no puedo ser pero seré para siempre
y he visto en un segundo, mientras abría la ventana
y miraba al nogal que sobresalía por el muro
que todo aquello que ya no conozco
y que vive dentro de mí
está sin hacer todavía, buscando sus dioses voluntarios
en los años remotos y nada tiene sentido
y si el árbol crece es porque nadie lo reconoce
hasta que todo vuelve a suceder
aunque sea, como siempre, demasiado tarde
Manuel Juliá. Sobre el volcán la flor.
Vuestro dolor es el mío. Dedicado a todas las víctimas del Airbus A320 de Germanwings , que un día se toparon con el abandono de muchos.
Por la acción de otros,
Por la omisión de tantos,
Por la culpa de todos.
(Dedicatoria del blog Madres sin hijos)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.