Ser Madre en Tiempos de Pandemia

La pandemia del año 2020 ha traído mucho malo, también se ha llevado mucho bueno, y está claro que ha cambiado y cambiará el mundo.

La gran mayoría de la población, que no es rica (hace años que casi se creía que lo era), después de unos años de crisis y, ahora con esto, ha comenzado a plantearse que su vida debe cambiar.

Antes, la mayoría nos creíamos pobres, y como tal vivíamos.

Los huertos urbanos son una moda, pero lo que nos da de comer es el campo, y se comenzó a abandonar en nuestra generación, cuando nuestros padres se iban a la gran ciudad, buscando una mejor vida para nosotros, los hijos, en aquél momento. Y siguen abandonados.

Con la pandemia, algunas familias se han trasladado a los pueblos, para buscar una vida más sana, pero no lo van a tener fácil, porque eso ya lo tuvieron nuestros padres, los abuelos de los que ahora se trasladan, y era muy duro, había que trabajar mucho.

Ayer, veía por la tele a una joven que después de una intervención en la misma, contando los apuro que estaba pasando con la pandemia, había recibido tanta ayuda, de cosas que no necesitaba, que, a su vez, había formado un grupo de ayuda e intercambio.

No soy abuela, sino una madre sin hijos, pero por edad podría serlo, y desde que tengo recuerdos, en casa se heredaba todo. De las primas, de las madres, de las tías, de amigas… Y nuestros hijos, ya otros tiempos, con más miedos económicos, heredaban la ropa de hijos de amigas, o del hermano mayor, quien lo tenía. Y nos íbamos pasando ropa, cochecitos, cunas, juguetes…

No lo subíamos a Internet y lo vendíamos, lo compartíamos.

Ya iba siendo hora de acabar con este mundo de despilfarro y contaminación. Todo tiene una segunda oportunidad. La comida no se tira. Las cosas se reciclan. Siempre hay alguien peor que tú. Hay que guardar para tiempos peores. Si tienes uno, gástate medio. Son frases que nos inculcaron desde pequeñas, y aprendimos bien.

No me alegra que en estos momentos de pandemia haya tantas personas que lo estén pasando mal. Al revés, me entristece mucho. Nadie debería venir a ese mundo a pasarlo mal, en ningún sentido, pero va siendo hora de que alguien cuente que la vida nunca fue fácil, especialmente ahora que se están marchando los que verdaderamente lo pasaron tan mal. Ellos tuvieron una guerra, hambre, penurias, miedos.

Nosotros solo una pandemia, pero ni eso nos aparta de pensar solo en el día a día y en la diversión.

Por desgracia, se marcharon los de la guerra y el año del hambre. Pronto nos marcharemos los que estudiamos, progresamos y, ahora, en muchos casos, estamos sosteniendo a los hijos que no tienen un trabajo. Y después, no habrá los que sostenga a más hijos y nietos.

El dinero que reparte el gobierno no es de él. Ni el de la derecha ni el de la izquierda. No se genera con una maquinita o con una tarjeta. Es el dinero que pagamos todos con nuestros impuestos y toda una vida de trabajo. Y el día que no haya, no habrá ayudas. Y ahí se va a producir otra pandemia.

Perdonad que haya querido ejercer de «madre con hijos». Las que los tenéis, enseñadles algo más que les sea útil para el resto de sus vidas: «En una vida hay muchas vidas».

Feliz año nuevo, y bueno.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

Share this:
Share this page via Email Share this page via Stumble Upon Share this page via Digg this Share this page via Facebook Share this page via Twitter

Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
Esta entrada ha sido publicada en Correo sin entregar, Mujeres, Solidaridad y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *