Cuando el dolor era insoportable me preguntaba qué era lo siguiente: mueres o sigues viviendo. ¿Hay vida después de la muerte para los que quedan aquí? Busqué a otras madres que habían perdido a sus hijos para preguntárselo.
Llevo varios días que me llegan mensajes sobre la vida después de la muerte.
Primero me llegó el vídeo que me envió Esther, y que veréis más abajo, sobre el autor del guión de la película “cuarta planta” y ahora “Si tú me dices ven lo dejo todo…, pero dime ven”, Albert Espinosa.
Después, en una de mis sesiones de rehabilitación, encontré en una de esas revistas que vienen las casas que casi nadie tenemos, los famosos, los vestidos, y las vidas que no poseemos, las declaraciones de una madre que también ha perdido un hijo.
Se trataba de una princesa que ha perdido a un hijo en accidente de coche. Porque las princesas también tienes pérdidas.
Era una noticia que yo no conocía. Y me marcó tanto lo que decía que me lo anoté
para traerlo hasta aquí.
Sofía de Habsburgo, princesa de Windisch-Graetz, perdió a su hijo Alexis en febrero de 2010. Una princesa muy guapa, pero que, a pesar de sus declaraciones, tiene una mirada triste.
Esa es una de las preguntas que le hace el periodista:
¿Es el fondo de tus ojos se adivina tristeza?
-No, no creo que sea tristeza.
¡Cómo puede decir que no! Hace poco encontré una foto que me hicieron unos amigos a los pocos meses de suceder lo de Helena. Es increíble la imagen que refleja esta foto, hasta yo misma me conmoví y sorprendí cuando la vi.
Pero la entrevista tiene muchas más frases que me llamaron la atención, por ejemplo esta:
-En nuestra vida familiar todo está igual que antes. Y somos los mismos… solo que tenemos un ángel en casa: Alexis se ha transformado en ese Ángel que vela por nosotros.
Bueno, muchos de nosotros tenemos esa opinión de tener un ángel, un duende, una estrella, un hada con nosotros, pero no serán muchos los que digan que su vida familiar sigue igual. Porque la vida después de la muerte nunca es igual.
Otra de las frases de Sofía de Habsburgo es:
-No me considero una mujer marcada para siempre por la tragedia.
Pues, yo sí. Pero quien no me conozca no lo adivinará, no se dará cuenta. Solo aquellos que lo saben que me conocen, verán en mí esa mirada triste, ese poso de pena que se instala en nuestro rostro en nuestros ojos y que llora aunque estemos riendo.
Y, ahora, respondo a Esther, que me preguntaba que me parecía eso de que se gana de las pérdidas.
Para el autor de los libros que os acabo de hablar, el contacto con la muerte le ha dado vida. Ahora su vida tiene todo el valor y contenido. Y me creo que vive la vida que se repartió con sus compañeros. De hecho, yo les digo a muchas madres, mira bien con tus ojos, porque a través de ellos ve tu hijo que ya no está. Aunque nada ya es lo mismo.
Alguien que, dentro de la frialdad del mundo del trabajo se portó fenomenal con nosotros, y de él recibimos la primera ayuda, me dijo que la pérdida de mi hija me haría mejor persona, me haría más buena. Siempre me consideré una buena persona, y siempre había sido una buena niña, joven e hija, pero quizás tenía razón. Me hice una persona más solidaria con el dolor de los demás. Pero eso no tiene ningún mérito es, simplemente, porque conoces el dolor por el que está pasando el otro.
Perdí a mi hija y perdí mi vida futura. El corazón se me encogió, arrugó, y se convirtió en azul. Pero gané en otras cosas que jamás pensé que tuviera, encontrara o pudiera desarrollar. Aunque esas ganancias no compensan.
Perdí amigos, recuperé a los que no me ocupaba de ellos, gané otros. Por ganar, gané
hasta peso. Más de 20 kilos. Perdí el trabajo, gané tiempo y encontré la escritura y su poder de curación.
Y os encontré a vosotros, todos los que pasáis por este blog. Los que me empujáis a seguir, los que me contáis, escucháis y escribís.
Recuperé mi mundo interior, le escuche, aprendí a no escuchar a otros, a estar sola y comencé a recibir mensajes que me hablaban de cadena de favores.
No recuperé la fe, esa que a tantos les ayuda, pero recuperé la confianza en que hay vida después de la muerte, pero está aquí, en este mundo, y dedicada a otras personas. Eso es lo que yo pienso que se gana con las pérdidas.
Y vosotros que, siguiendo la teoría de Albert Espinosa, disfrutáis de la parte de
vida de: Helena, Juan, Alvaro, Miriam, josé, David, Rocio, Sandra, Diego,
Carlos, Edu, Guille, Jose Ramón, Juan José, Manuel, Regis, Dani, Nadia, Albert,
Esther, Ángelica, Rodrigo, Naira, Garazi, José Ramón, Bárbara, Aday, Enaitz,
Maria, Gabriel, Luisa Mariano, Rubén, Amna, Alex, Paula, Irina, Miguel, Rafael,
Sergio, Mariano, Paolo, Javier, Luis, Lourdes, Santi, Carolina, Mar, Adrian,
Mario, Enrique, David, Julia, Marc, Jorge, Alejandro, Amaia, Yisela, Noelia,
Hugo, Petra, Laura, Alejandro … y tantos que se me olvidarán… Aprovechad esa
parte de vida, porque es la que le debéis a ellos. Y la vida es bella. Y a la
vez, cruel por lo que nos tocó.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.
Bueno, tienes mucha razón en lo que dices, sientes y piensas.
Todos hubiésemos preferido no tener que sufrir tanto, no somos masoquistas.
Pero a pesar de todo yo sigo erre que erre y te sigo llamando «catedrática de la vida».
Hay dos formas de enfrentarse a estas cosas: solo perdiendo o perdiendo+ganando.
Si te hubieras quedado en «solo perdiendo», ¿crees que aún estarías aquí?
Yo no.
Hay que pelear cada día para mantenerse en «perdiendo+ganando» y tú lo haces. Y gracias a que tú lo haces muchas personas también lo pueden hacer.
Que reflejada me siento en tu escrito Flor, cuanto daria yo ahora mismo en fundirme en un fuerte abrazo contigo, gracias Flor gracias Helena por ser parte importante de mi historia <3<3<3<3
Pues si Flor,que razón tienes mi querida amiga.Nos volvemos mas solidarios,desgraciadamente sabemos de que va esto y sabemos los altibajos que tenemos.Pero al mismo tiempo nos volvemos mas intolerantes con las injusticias,con todas las muertes gratuitas que se podían evitar, simplemente siendo respetuoso con todos los demás
Besos GORDOS
La tristeza se instala en mis ojos; la risa que todos ven, son lágrimas que inundan mi alma; mi corazón está partido. Ya nada es igual.
Sí, hacemos cosas diferentes que antes no nos interesaban o eran ajenas a nosotras. Hemos conocido a muchas madres maravillosas con las que no tenemos que fingir porque saben de nuestro dolor. No necesitamos decir nada porque con una simple mirada, sabemos lo que sentimos. Pero nadie me discutirá, que preferiríamos no habernos conocido, o habernos conocido en otras circunstancias.
¿Somos más solidarias? No, yo ya lo era antes. ¿Somos mejores personas? No le creo. Hemos cambiado nuestras prioridades por lo que nos ha tocado vivir, pero seguimos siendo como eramos.
No, la muerte no me da vida, solo me da dolor, tristeza, angustia, desesperación, rabia. odio, soledad, vacío… porque Él tenía que estar aquí.
La lucha es lo que me mantiene viva y no porque esa fuerza me la dé la muerte, sino porque no puedo renunciar a ser su madre y siento la necesidad de seguir ejerciendo de madre de mi hijo Juan, mi niño, mi bebé.
Querida Esther: Sé lo que te habrá costado poner este comentario. Desde que te conozco es lo más bonito que te he oido decir. Porque solo muestras tu dureza, como una roca, fuerte, sin desfallecer, luchando por el honor de tu hijo. Claro que no me gustaría haberte conocido, claro que no me compensa nada de lo que hago, digo o recibo. Por supuesto que es la forma en que vivimos ahora. Pero no me digas que la forma de ver la vida y vivirla no nos ha cambiado. Y cada día nos amarramos a ella, por supuesto, por nuestros hijos. Por su nombre, por su memoria, por su lucha. Puede que eso sea un vivo sin vivir en mí, pero es la vida que ahora tenemos. Y sin ser creyente, estoy convencida que la energía que tenemos nos la han dejado nuestros hijos. Vivimos parte de sus vidas. Un fuerte abrazo, compañera, amiga.
Quizás tengais razón, a lo mejor es que yo no me doy cuenta, que he ganado??? amigas si, muy buenas amigas, pero tambien he perdido a otras, veo la vida de otra manera??? si , pero de una manera terrible, de insolidaridad y conveniencia, de mientras a mi no me toke me da igual. Soy mejor persona??? no….me he vuelto más egoista, y muchisimo más rosmona con los que me rodean. Y me he convertido en una madre que no deja moverse al hijo que le queda, que si un día se retrasa se muere de angustia, que no le deja salir mas de las 8 de la tarde, que le ha instalado una aplicación en el movil para saber donde está……… en definitiva…… creo que no he ganado nada. Un besazo mamis…muaks
Querida Flor, al leer tu comentario,he recordado que estando en la consulta del dentista,lei el reportaje de la muerte de ese niño, rubio, con ojos azules, precioso, y tambien me extrañó que ellas, las princesas tambien lloran, por las perdidas. Estoy contigo cuando dice la vida sigue igual, pues en la mia no, nada ha vuelto a ser lo mismo sin Ruben ni lo sera nunca,creo que en ello coincidimos casi todas. Hemos cambiado? si, somos mas sensibles ante el dolor, sabemos lo que es perder a un hijo, mejores personas? soy mas tolerante, y no juzgo. He aprendido mucho, ojala no hubiese aprendido tanto, solo puedo decir, que se abrio una puerta, donde me he dado cuenta que no estoy sola, y que hay muchas madres aprendiendo a vivir sin ellos…Gracias, Flor por deleitarnos con este bonito escrito en el que cada una de nosotras nos reflejamos. Un abrazo, desde la Mancha.Carmen-madre de Ruben