En aquel tren íbamos todos

doscalas

Hace diez años todos perdimos a alguien en los atentados del 11 de marzo. A todos se nos murió una parte de nuestra vida. De alguna forma todos íbamos en ese tren. Y algunos no sabíamos que,  un año después, conoceríamos  en nuestras propias carnes lo que era perder a un hijo.

Tampoco podía imaginar ese día que conocería personalmente a dos de esas madres que perdieron en ese tren a un hijo (Rodrigo) y una hija (Angélica), y menos aún, que con una de ellas tenía una gran afinidad: el nombre y apellido.

Pero antes de poder mostrar mi solidaridad, lo hizo mi hija con ese lazo negro que puso en la terraza, y con sus palabras, irrepetibles, dirigidas a los asesinos de ETA, que era lo primero que se pensó y fomentó.

Hoy, diez años después, parece que la teoría del atentado para que no ganara el PP pierde adeptos, que las asociaciones de víctimas se reconcilian, pero el daño está hecho, y hoy sabemos que además de las víctimas de ese terrible atentado, y el agente que murió cuando  los causantes se inmolaron, hubo otras víctimas, como por ejemplo, la mujer del comisario de Vallecas, a quien se le acusó de colocar la mochila para desviar la atención. Su mujer no aguanto el bulo y terminó suicidándose. O los que no aguantaron tanto dolor.

El 11-M murieron unos, otros resultaron gravemente heridos y todos fuimos afectados e impactados. Pero solo los familiares de los 192 muertos saben lo que han sido estos diez años con sus ausencias.

Querida Flory, querida Marisol, solo hay una cosa en la que os envidio, y ya sabéis cual es. Por lo demás, sentimos el mismo dolor, la misma ausencia, e igual pena.

Eso sí,  los que perdimos a nuestros hijos en las carreteras nunca tendremos el reconocimiento de la sociedad, porque lo llaman accidente. Y lo llaman accidente para que los culpables no se sientan tan mal.

…Y como humano que soy, recuerdo y siento que casi todo lo que sucede es una maravillosa excusa para volver a sentir lo que ya nunca será. Salvo que quizá lo perdido habite donde el tiempo no exista, esperando. Quizá…

«No hay Navidad sin recuerdo».  Cuarenta latidos. Manuel Juliá.

Un fuerte abrazo, amigas.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

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Los carnavales

carnaval

(Helena de «ratita rosa» presumida)

Cada fecha conmemorativa nos trae un nuevo recuerdo. Y todos son de añoranza y tristeza. Tristeza porque fueron momentos preciosos y ya no volverán. Y no tenemos opción  de volver a repetir, ni poder celebrar.

A mí me encanto, siempre, disfrazarme, y hacer lo mismo con mi hija. No hubo ningún carnaval que no lo hiciera. Siempre le hacía el disfraz, con la ayuda de mi madre, desde que tuvo unos pocos meses, que aún no se andaba.

Y recuerdo una vez que nos disfrazamos los tres, de época. Estábamos divinos. Fuimos a hacernos una foto de estudio, pero el fotógrafo no debía estar y lo hizo un aprendiz que nos cortó las piernas, con lo que se perdía toda la gracia de la vestimenta. ¡Cómo disfrutamos ese día!

Por eso, estas fiestas de alegría, son un motivo más para estar triste.

Queridas, Pino, Vanessa,  y tantas y tantas que disfrazaban a sus niños, un día debíamos reunirnos todas y disfrazarnos por nuestros hijos. Ellos ya llevan un disfraz para el resto de nuestras vidas, y nosotras no conseguimos quitarnos esta careta.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

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El cumple de Adrián

 Adrian

Adrián cumple hoy 5 añitos, pero es un cumple sin velas. Ahora está en «el país Infinito» junto al hada Helena, Diego el guardián del ventanal y todos los componentes de ese mundo poblado de pequeños animales y ángeles que forman el mundo de «Los cuentos del hada Helena».

Adrián es casi el mismo caso que el de Diego, dos niños muertos en la piscina, mientras realizaban su aprendizaje de natación. Solo les separan unos años.

Por eso, y en el día de su cumpleaños, y como sabéis que tengo debilidad por los chiquitines, he querido felicitarle con un cuento.

Se titula «Adrián y Diego, los guardianes del agua», y me ha servido para hacer ciertos ajuste a la serie de «Cuentos del hada Helena», esos cuentos en los que los protagonistas son las víctimas, por diversos motivos, no solo de tráfico, que me han servido para agarrarme a la vida y para llevar un puntito de consuelo a los padres que han perdido a sus hijos y encuentran en ellos una forma de explicarles a los hermanos de la víctimas, como se marcharon.

Espero que os guste este nuevo cuento, y que, especialmente, sirva para Irene, la hermanita de Adrián, a mantener la esperanza de que su hermanito estará bien. El hada Helena, cuidará de él.

Querida Sofía: Gracias, por darme la oportunidad de poder transformar a Adrián en un personaje más. Yo es lo único que puedo hacer por ti. Ahora es la justicia la que debe darte respuesta, aunque, por desgracia, y lo verdaderamente triste es que nada, ni nadie, nos podrá restaurar a nuestros hijos.

¡Felicidades, Adrián! Un besito.

Para leer el cuento, pulsad sobre la foto

helenadelaurita

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

 

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Una vida por delante

Creía que ya había escrito un post sobre este tema, pero no lo he encontrado. Así que aquí está mi segunda referencia a la película del mismo nombre.

«Una vida por delante» es una película de Lasse Hallström, con Robert Reford, Morgan Freeman y Jennifer López. Una película sobre la vida, la muerte, la pérdida de los hijos, el sentimiento de culpa, y la amargura que se apodera de aquellos que perdemos un hijo.

La primera vez que vi esta película hubo una frase al final de la misma que se me quedó grabada. Robert Reford le dice a Morgan Freeman si cree que a los muertos les importara la vida que llevamos. Y Morgan le contesta que claro que sí, y que nos perdonan nuestros pecados y hasta les resulta fácil.

Esta vez, me ha impactado otra frase. Morgan le echa en cara a Reford que sea una persona amargada por haber perdido a su hijo en un accidente de tráfico. Se llama accidente, le dice,  por eso,  porque nadie es culpable. Reford le contesta, «Lo llaman accidente para que los culpables se sientan mejor».

Creo que es una definición muy buena.

Y nuevamente esta película me ha gustado mucho, porque expresa bien ese sentimiento de amargura, cabreo y enfado con el mundo, de los que hemos tenido la pérdida de un hijo.

Lástima que no tenga la suerte del protagonista, y la posibilidad de una segunda oportunidad: una nieta que le recuerda a su hijo. Alguien a quién querer, enseñar, cuidar, y en definitiva el motivo por el que seguir adelante.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta en un mal llamado accidente de tráfico provocado por un conductor borracho.

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Era apacible el día

calasd

Son muchos los que llegan a este blog buscando una frase que decir a los padres que han perdido un hijo. También buscando un poema alusivo a la pérdida de un hijo.

Creo que no hay mejor poema para describir la pérdida de un hijo que el de Rosalía de Castro.

…No, no puede acabar lo que es eterno,

ni tener fin la inmensidad…

Hacía mucho que no lo ponía aquí:

Era apacible el día
Y templado el ambiente,
Y llovía, llovía
Callada y mansamente;
Y mientras silenciosa
Lloraba y yo gemía,
Mi niño, tierna rosa
Durmiendo se moría.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía!

Tierra sobre el cadáver insepulto
Antes que empiece a corromperse… ¡tierra!
Ya el hoyo se ha cubierto, sosegaos,
Bien pronto en los terrones removidos
Verde y pujante crecerá la yerba.

¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas,
Torvo el mirar, nublado el pensamiento?
¡No os ocupéis de lo que al polvo vuelve!…
Jamás el que descansa en el sepulcro
Ha de tornar a amaros ni a ofenderos
¡Jamás! ¿Es verdad que todo
Para siempre acabó ya?
No, no puede acabar lo que es eterno,
Ni puede tener fin la inmensidad.

Tú te fuiste por siempre; mas mi alma
Te espera aún con amoroso afán,
Y vendrá o iré yo, bien de mi vida,
Allí donde nos hemos de encontrar.

Algo ha quedado tuyo en mis entrañas
Que no morirá jamás,
Y que Dios, porque es justo y porque es bueno,
A desunir ya nunca volverá.
En el cielo, en la tierra, en lo insondable
Yo te hallaré y me hallarás.
No, no puede acabar lo que es eterno,
Ni puede tener fin la inmensidad.

Mas… es verdad, ha partido
Para nunca más tornar.
Nada hay eterno para el hombre, huésped
De un día en este mundo terrenal,
En donde nace, vive y al fin muere
Cual todo nace, vive y muere acá.

Rosalía de Castro

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

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La realidad de los sueños

bañonocturno

Es curioso como funciona el subconsciente hasta en los sueños.

Sé que somos muchas  “madres sin hijos” las que deseamos, anhelamos, soñar, porque es la única forma de volver a ver a nuestros hijos, pero incluso recurriendo a este artificio, el sueño nos devuelve la cara más amarga: nuestros hijos no están.

Cuando hablaba con mi psicóloga sobre la posibilidad de soñar con mi hija, ella me decía que puede que soñara con ella o no, que podía soñar con ella, pero podía ser que no viera su rostro, estaría en el sueño pero no aparecería. Y así lo he podido comprobarlo más de una vez.

Pero además de esa posibilidad de soñar con ellos y no llegar a verlos, desde muy pronto comprobé que soñar con mi hija conllevaba también reconocer que ella ya no estaba en este mundo.

Así fue en uno de los primeros sueños, el que sirvió de base para mi cuento «Baño Nocturno». En ese cuento, yo notaba como a Helena le pasaba algo, y me decía que la tenía que llevar al médico. Algo no funcionaba bien. Y eso era el inicio para despertar y comprobar que lo que no funcionaba bien era que ella ya no estaba.

Hoy, nuevamente, he soñado con Helena, y otra vez el inconsciente me ha dicho que algo iba mal.

Aunque el sueño tenía más cosas, básicamente en un momento de situación peligrosa, decido llamar a Helena por teléfono para que ella se uniera a nosotros. Ella contesta al teléfono y enseguida me dice que le compre no sé que aplicación para el móvil, para poder bajarse no sé que cosa. Entonces yo le echo en cara que, para que le compre eso, sí, y para llamarme más a menudo, no esté. Insito en lo poco que nos llama. -¿Por qué no llamas, Helena? ¿Helena? ¿Helena…? La voz de Helena no se vuelve a oír, y en ese momento me despierto.

Y me despierto fatal, como os imaginaréis.

Estoy soñando con ella y yo misma estoy dándome cuenta de por qué no puede llamar.

Alguna madre  diría que es porque en el cielo no hay teléfono.

Yo no sé si en el cielo, en el más allá, en el cementerio o  en el país del rey león…, el caso es que yo no puedo hablar con mi hija, escuchar su voz, que me pida que le compre cosas, decirle que se vuelva para casa que las cosas se están poniendo muy feas…

Y así ya van ocho, casi nueve años. Y todo por un conductor borracho.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

 

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Una historia de payasos en el día de Reyes Magos

payasitos

Hoy, que todos los niños estarán felices, con sus nuevos juguetes, apurando estas fiestas que tanto daño nos hacen a unos, y felicidad a otros, niños que algunos de ellos habrán estado estos días en el circo, viendo a los payasos, quería contar una historia triste de payasos que hacen reír.

 Gladys era una joven que en el mundo del circo se llamaba “Payasita Chipi-Chipi”. Era la hija de “Payaso Bolitas”, y su compañera en el escenario.

Gladys murió en noviembre de 2011, si no recuerdo mal,  en un siniestro de tráfico, o de tránsito como dicen en América, porque el conductor se durmió.

 Payasita Chipi-Chipi dejó de hacer reír a los niños, y su papá le prometió que no le fallaría, que el seguiría haciendo reír a los niños, pero la pena más tarde o temprano tienen que salir, y ahora, Payaso Bolitas está triste, muy triste, y le cuesta hacer sonreír a los niños. ¡Qué tarea tan difícil!

 A mi me gustaría que en este día de felicidad para los niños, estos les pudieran mandar un mensaje a Payaso Bolitas, y también a Ana, la madre de Chipi-Chipi. Que les convencieran de que deben seguir con su magnifica labor de entretener y hacer sonreír a tantos niños.

 Queridos padres de Gladys, ánimo, mucho ánimo. Es normal que estéis tristes. Hay muchos padres que no consiguen volver a trabajar después de perder a un hijo, pero el trabajo es también una medicina para el dolor. Es una forma de normalizar nuestras vidas.

 Gladys sigue con su labor, y donde esté, seguro que hace sonreír a los pequeños que están con ella, como Julia, Diego, Alejandro 1, Alejandro 2, Ruth, José, Iván, Moncho, Jordi, y tantos y tantos de los que ahora mismo me olvido.

 En este día de reyes, aunque en esta casa no hay regalos, esta carta es un homenaje a todos esos payasos que hacen felices a nuestros hijos, y tiene que esconder su tristeza para hacer reír a los demás.

 Un fuerte abrazo, compañeros de camino.

 Os dejo el enlace a Facebook, de estos payasos, por si queréis mandarle vuestras palabras de apoyo.

Ana Orozco: https://www.facebook.com/ana.orozco.7946?ref=ts&fref=ts

Payaso Bolitas: https://www.facebook.com/ana.orozco.7946?ref=ts&fref=ts#!/payasitobolitasmerida?fref=ts

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por culpa de un conductor con alcohol.

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Reyes Magos…, no sin mi hija.

elhadahelena

(El hada Helena)

Queridos Reyes Magos:

Durante 9  noches de reyes, he intentado seguir creyendo en la magia de los Reyes Magos, pero ya no aguanto más.

Sí, se que esto mismo lo he dicho en otra ocasión, y también que durante todos estos años, de alguna forma, he seguido esperando a los reyes, aún sin escribir la carta. Y cada año ha habido una carta a los Reyes Magos.

Ya no tengo a nadie que escriba esta carta, y no quiero seguir fingiendo. Si ella no está, no hay Reyes Magos.

Además, ¿cómo podéis venir de Oriente y dejar que allí esté liada la que está liada?

Muchos padres en Oriente, este año no tienen a sus hijos, que han sido masacrados en una guerra inútil y salvaje, como todas las guerras. No puedo creer que vengáis de esos lugares y permitáis eso.

Llegáis llenos de paquetes, de preciosos regalos para unos niños que lo tienen todo, a veces, repetido. Niños que tienen lo mejor: la vida y unos padres que les pueden alimentar, vestir, cuidar. Pero qué pasa con todos esos otros niños que viven en los campos de refugiados o entre cascotes y bombas.

NO, ya no creo en vosotros. Ya no voy a hacer ningún esfuerzo. Ya no voy a  esperar nada. No voy a colaborar con vosotros para que el padre de Helena tenga algo mañana. No voy a poner los zapatos. Se acabó. Y sé que ya lo he dicho en otras ocasiones, pero ésta es la definitiva.

 Ya no hay reyes sin mi hija. Y si os pidiera un único regalo, el más valioso para mí, seguro que ese regalo nunca me lo traeríais, luego, ya no hay reyes.

Adiós, Reyes Magos, no hace falta que vengáis por aquí mientras no arregléis Oriente.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

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El noveno final

Un año más, y éste es el noveno, no estás aquí en este mundo para celebrar el fin de año, y yo haré un nuevo recuento del mismo para ti. Bueno, no sé si para ti o lo hago para revolverme en este dolor, en esta vida tan injusta que nos arrebató tu presencia, tu alegría y tus besos.

Y, aunque el mundo que ahora mismo tenemos no es el quisiéramos que tú tuvieras, egoístamente necesitaríamos tenerte viva.

Si tu estuvieras aquí, lo más seguro es que tú habrías sido uno más de los jóvenes que este año se han tenido que marchar fuera, al extranjero, porque los jóvenes, sobradamente preparados, no tienen empleo en este país, que se ha ocupado únicamente de recortar y recortar, y acabar con la investigación, las ayudas, mejoras sociales, leyes avanzadas, la sanidad universal y la educación pública y de calidad.

Un país del que estábamos orgullosos y del que no pensábamos que hubiera tanta corrupción, favoritismo, y fanática división.

Pero todo esto es más de lo mismo que te contaba el año anterior.

Comienzo por Los amigos:

Tus amigos siguen evolucionando, creciendo, desarrollándose, y los nuestros, por ley de vida, envejeciendo.

Como te anunciaba el año pasado, el amigo José María pasaba por una difícil enfermedad, y llegó un momento que ya no pudo luchar más. Nos abandonó casi a principio de año. Ha sido la primera pérdida de amigos que hemos tenido y nos ha costado asimilarlo. Rosa Mary está intentando adaptarse a su ausencia, sólo le ayuda la alegría de su nietecita y sus hijos, siempre pendiente de ella. Los huesitos son felices, salvando esta pérdida.

En cuanto a los tuyos, sigue habiendo nuevos casamientos, este año lo hizo Vero. Sí, Vero, aunque ya soñé que esto te lo contaba en sueños. Estaba guapísima. Me enteré a través de Facebook

También este año ha habido nuevos nacimientos. Lucia ha tenido una preciosa niña. Quique ha tenido un niño. Sí, ya tiene dos, una niña y un niño. El hijo de la pequeña Laura ha cumplido ya un año.

Álvaro ha encontrado nuevamente el amor. Se lo merece. Le deseo le vaya muy bien y encuentre la felicidad, y eso no quitará para que él siempre te recuerde como su primer amor.

Del resto no sé mucho más. De vez en cuando llega alguna noticia, a través del Facebook, pero poco más. Laura, de Madrid, es casi la única que está siempre pendiente de escribirnoso ir a visitarnos.

Cantantes:

Me estoy quedando desfasada. En esto como en las nuevas tecnologías, no te tengo a ti para ponerme al día.

De los tuyos, Dani Martín ha vuelto a sacar disco. “De cero” se titula. Eso es lo que hacemos nosotros cada día, partir de cero.

De los de la abuela María y el abuelo Rafael, han muerto Manolo Escobar, que tanto les gustaba, Sara Montiel, mi paisana, y a la que tanto imité de pequeña, Lolita Sevilla, que le gustaba a la abuela María, y algún otro que ahora mismo no recuerdo.

De los nuestros, cada vez estamos más apartados, este año ni siquiera he tenido mi cita con alguno de los conciertos de Diana Navarro.

Política:

La política cada vez está más sucia y lo peor es que los jóvenes que deberían implicarse más en cambiar esto, están tan desencantados que la fuerza del 15 M creo que se ha perdido.

El nuevo gobierno, amparado en su mayoría absoluta está cambiando leyes que gustan solo a unos pocos e hieren y hacen mal a muchos.

Cosas que ya teníamos superadas están volviendo a ser motivo de enfrentamiento.

Y volvemos a hechos y situaciones, que recuerdan a un pasado muy lejano, de más de 30 y 40 años.

Los comedores sociales están cada vez más llenos, muchísimas personas viven con lo que le da la caridad, los bancos de alimentos, etc. Muchos niños comen lo que comen en los comedores de los colegios. Y eso, los que tienen comedor o cuentan, todavía, con ayuda para él, porque entre los recortes de la educación está que muchos colegios han abandonado el servicio de comedor o el servicio de autobuses.

Y como el año pasado, siguen las protestas, las huelgas,  las manifestaciones, pero sin ningún resultado, porque el gobierno no da marcha atrás.

Y siguen apareciendo corrupciones, corruptelas, pagos, regalos y financiación a políticos o partidos políticos, que  su investigación no llegarán a término porque no interesa que se consideren como tales. Algunos fiscales aparecen ahora más como abogados defensores de los culpables que como verdaderos fiscales, y se da la circunstancia de que los jueces molestos son retirados por prevaricación. ¡El mundo al revés!

La seguridad vial:

Sigo intentando dedicarle algo de mi tiempo a los temas de seguridad vial, pero cada día me resulta más difícil, y quizás, más doloroso, por eso ya apenas hablo sobre accidentes en concreto. Pero sigo tratando de concienciar con mis escritos en los blogs, y mis cuentos, esos que habla de una tal hada Helena.

Se ha hecho una nueva reforma a la Ley de Seguridad Vial,  pero a mi modo de ver  nuevamente se ha olvidado reformar cosas verdaderamente importantes, como en el caso de los conductores borrachos. Tampoco se ha tenido en cuenta las peticiones de las víctimas para que la enseñaza de la seguridad vial sea obligatoria a lo largo de toda la enseñanza, en todas las edades. También se va a autorizar una elevación de la velocidad, que servirá para confundir más y para que aumente el número de víctimas. Eso pensamos desde las asociaciones. Y no hablemos de encaminar la política de Seguridad Vial a un índice de alcohol cero, cero. Eso, en este país, es misión imposible.

Por ejemplo, “nuestro amigo Ortega Cano“,  ha sido condenado y sentenciado por conducir borracho y matar a una persona a dos años y seis meses, pero hace todo lo posible por no entrar en la cárcel y ha pedido incluso el indulto. ¡Pero cómo se puede pedir un indulto sin mostrar arrepentimiento, y sin admitir la culpa!

Y las víctimas siguen siendo muchas. Tan solo en lo que va de Navidad y hasta el 29 de Diciembre, se han producido 28 personas muertas, 10 heridas graves y 11 heridas graves en 26 accidentes de tráfico. Y no han terminado las fiestas.

 Nosotros:

Y nosotros, seguimos envejeciendo. La pérdida de un hijo conlleva múltiples efectos colaterales, y cada año sale uno nuevo. Este año la más pachucha he sido yo, pero ya sabes lo que dice papá: mujer enferma, mujer eterna.

Sigo escribiendo, ahora sin tan imperiosa necesidad o con más vergüenza de seguir mostrando mis sentimientos en público. Escribo mucho sin tinta, sin teclado. El soporte es mi cerebro y no necesito escribir las palabras, sino que se alojan por mi cuerpo y se diluyen con los sueños, cada noche. Ya no necesito ponerlas en papel para poder llorar.

El año pasado te comentaba que ya no me producía tanto dolor los adornos navideños. Este año he puesto alguno en tu honor.

El resto de familia, sigue avanzando. Entre las primas, unas han oficializado su relación y otras han conocido el desamor, con el dolor que eso conlleva. De los chicos, no se les conoce relación alguna, de momento.

Otras noticias:

Quizás la noticia más impactante este año ha sido el trágico accidente ferroviario de Santiago  en el que murieron 80 personas, y 146 resultaron heridas. Una vez más por culpa de otros, por la desidia de tantos. Muertes que se podrían haber evitado.

Querida hija, me faltan muchas cosas por contarte porque, ahora, se me olvidan, o quizás es que desde hace años la prioridad de las cosas ha cambiado para mí.

Cómo me gustaría que además de ti, este resumen pudieran leerlo todos aquellos que esta noche van a salir a pasárselo bien, van a beber y conducir. Quizás mi dolor les haga reflexionar, pero luego me doy cuenta que muchos de éstos son sólo asesinos en potencia, no tienen simpatía ni empatía por nadie.

Mi vida se perdió el día que te mataron, por culpa del alcohol que otro tomó. Y vivo, pero sin vivir, y muero lentamente, cada día un poco más, añorándote, necesitándote, queriéndote cada día más y preguntándome por qué nos tuvo que pasar a nosotros.

Helenaof

Mi dulce Helena, te queremos, no te olvidamos, no nos olvides tú.

Este año ésta es la canción. Es de Dani Martín, » Cero».  Aunque discrepo con parte de su letra. Yo no quisiera borrar nada, ni olvidar nada, pero sí me gustaría que todo volviera a empezar.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

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Demasiado humo. Un cuento de Navidad, del hada Helena

mariposahelena

Hacía algunos años que ya no se celebraba la navidad con una comida o cena de  empresa. Fue de las primeras cosas que se perdieron cuando comenzó la crisis. Ahora la celebración se reducía a unas copas en las instalaciones de la propia empresa. Copas y algunos canapés precedían la hora de la salida el día de Nochebuena.

Ese día la jornada terminaba sobre la una del medio día y los pasos de los empleados se encaminaban hacía el comedor. Allí se iban dando cita todos. Bueno, algunos.

Los directivos, ese día, tenían a bien bajar de sus imponentes despachos y entrar en el comedor. Había quien lo hacía por primera vez en todo un año. Algunos, incluso,  en ese evento veían caras que les eran totalmente desconocidas. Normal, nunca se mezclaban con el pueblo.

Rufo y Rodo, en cambio, eran bien conocidos por sus compañeros y conocían a todo el mundo. Ellos hacían acto de presencia, aprovechaban para  tomar unas cuantas copas, las máximas en el menor tiempo posible y desaparecer  silenciosamente, para ocuparse de otros temas más gozosos para ellos.

Cuando su objetivo estaba cumplido, con una mirada de complicidad, y antes de que el Presidente comenzara a pronunciar las consabidas palabras de felicitación, ellos desaparecían de escena.

Entraron en el coche de Rufo. Éste, con una mirada pícara, abrió la guantera,  y Rodo, poniendo ojos como platos, y la boca abierta, dejó caer una exclamación en forma de taco.

Se lanzaron a la bolsa como un hambriento lo haría ante un plato de comida. En unos segundos, el coche se llenó de humo, demasiado.

-¿Qué te parece?-dijo Rufo- ¿Te gusta mi discurso?

-Me encanta.

Después, cesaron las palabras para comenzar la risa nerviosa. Y pronto el coche se lleno de humo y vaho, impidiendo ver su interior.

Unos fuertes golpes sobre los cristales sacaron a Rufo y Rodo de su éxtasis.

Rufo bajo la ventanilla y comprobó que se trataba del vigilante.

-Vamos. Venga. Ya estáis marchándoos de aquí. Ya es hora de que lleguéis a vuestra casa que hoy es Nochebuena.

-Perdona, estábamos echando un cigarrito.

-Pues os habéis debido de fumar un paquete entero porque desde que terminó la fiesta, sois los únicos que seguís aquí. Venga que tengo que cerrar el parking y vosotros llegar a cenar a vuestras casas, supongo.

Dio un pequeño golpe con su porra en la carrocería, y se fue hacia la puerta del garaje que ya tenía medio cerrada.

Rufo y Rodo se miraron con cara perpleja y, a la vez,  el reloj. Rodo nuevamente abrió la boca tanto como cuando vio aparecer “la bolsita”.

-¡Joder, si son las diez! ¡Nos hemos quedado dormidos!

-¿Qué? ¡Pero si eran las dos cuando nos bajamos al coche!- comenta Rufo.

-Sí, pues yo no recuerdo haber encendido nada más que “un peta”, ¿qué demonios tenía?

-Rodo, te juro que yo sabía que era buena, pero no pensé que fuera tanto.

-Vámonos antes de que se haga más tarde, si no quieres que esta noche nos dejen en la calle.

 

Rufo arrancó el coche sin dejar de mirar de reojo el reloj del mismo, no podía creer que hubieran pasado 8 horas.

-Yo creo que la ginebra que nos han dado debía ser de garrafón y eso nos ha dormido. El próximo año no nos quedamos a la copa.

El coche salió por el hueco que había dejado el vigilante y éste,  después de levantar la mano para despedirles,  se dispuso a cerrar la puerta, pero justo en ese momento, antes de hacerlo totalmente, una mariposa de bonitos colores salió por la misma, moviendo sus alas a gran velocidad, y alejándose por el cielo.

 

-No te parece que te has pasado con el sueñecillo, hada Helena.

-No, no creo. A estos dos los conozco bien. En esta ocasión, les he librado de una buena multa  y les he hecho un buen regalo: la vida.

-Y demasiado  humo ¿no?

-Puede, pero ocho horas de rico sueño mejoran a cualquiera, y conseguir que solo consumieran un único canuto es otro éxito.

 

Flor Zapata Ruiz, madre del hada Helena.

 

Notas del la autora:

°         El alcohol, las drogas y los psicofármacos están presentes en el 50 % de las muertes en accidentes de tráfico.

°        Más del 47% de los conductores y del 51% de los peatones fallecidos en accidente de tráfico el pasado año habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos, según la Memoria 2012 del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.

°         Se detectó alcoholemia positiva en el 74% de los conductores y en casi el 60% de los peatones

°         El 27% de los conductores y en el 25% de los peatones dieron positivo a drogas ilegales.

°         El 64% de los conductores dan positivo a la Cocaína, el 36% al Cannabis, el 10 % a opiáceos derivados de la morfina, y el 5 % de los fallecidos habían tomado “Ketanina”, especie de anestésico utilizado por los veterinarios con los animales.

°         Y entre los efectos de estas sustancias están, la excitación, euforia,  agresividad. alteración de la percepción, y menor concentración de la Cocaína.  Relajación hilaridad, somnolencia, problemas para ver los colores, y distracción, con el Cannabis. Somnolencia, agitación y visión afectada con los opiáceos. Y sensación de flotar, entumecimiento de las extremidades y alucinaciones con la Ketanina.

(Datos tomados de la revista Tráfico y Seguridad Vial de la DGT número 200,  mayo 2013.

°         Helena Castillo Zapata, murió el 17 de abril de 2005 por culpa de un conductor borracho. Helena se convirtió en un hada, una mariposa. Desde entonces, se dedica a salvar vidas.

 

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

coche2

(Estado en el que quedó el coche de Helena, después de recibir el impacto de un coche con un conductor borracho)

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